¡Felices fiestas! Con el Día de Acción de Gracias fuera del camino, las ofertas navideñas abundantes y el deseo de tus invitados de ver los partidos de la NFL del jueves finalmente satisfechos, ahora podría ser el momento adecuado para deshacerse finalmente del viejo televisor 1080p y comprar televisores 4K.
Pero cuando se trata de televisores de 4k, las opciones son abundantes, y las palabras de moda y la jerga tecnológica pueden llegar a ser bastante confusas, lo que echa por tierra cualquier deseo que pudiera tener a favor de “una buena oferta”.
Desde los aparatos económicos hasta las pantallas de gama alta que cuestan miles de dólares, cada aparato 4K es ligeramente diferente, pero es posible ver a través de la nube de términos para elegir el adecuado para tus necesidades. Esto es lo que debes saber para elegir el mejor televisor 4K para ti.
- 4K, UHD y Ultra HD
En primer lugar, debes saber qué significa el “4K” de la caja. El término es una abreviatura y se refiere a la resolución horizontal aproximada del televisor (en este caso, casi 4.000 píxeles).
Cuando se trata de televisores 4K, nombres como “4K UHD”, “Ultra High Definition” o “UHDTV” significan básicamente lo mismo, aunque “UHD” también puede referirse a la tecnología en ciernes de los televisores 8K.
(Dato curioso: existe otro estándar utilizado exclusivamente en las salas de cine -conocido como DCI 4K- que aumenta el número de líneas de píxeles horizontales de 3840 a 4096 píxeles).
La resolución estándar de los televisores de 4K es de 3840 x 2160 píxeles, es decir, cuatro veces el número de píxeles de su ya envejecida televisión de alta definición de 1080p. Además, todos los televisores de 4K duplican la densidad de píxeles (medida en píxeles por pulgada cuadrada, o ppi) de su televisor 1080p.
Esa densidad de píxeles ayuda a los tamaños de pantalla más grandes, y es la razón por la que un televisor más pequeño parece más “nítido” que uno más grande, y por la que los enormes televisores de 4K dejan fuera de juego a los televisores 1080p de tamaño similar en términos de nitidez de imagen.
En general, las frecuencias de actualización, es decir, el número de veces por segundo que se actualiza una pantalla, en los televisores 4K vienen en dos sabores: 60Hz (60 nuevas imágenes por segundo) o 120Hz (120 nuevas imágenes por segundo).
Una mayor frecuencia de actualización significa menos desenfoque de movimiento y una imagen más nítida en general.
A la hora de comprar, desconfíe de las marcas que anuncian frecuencias de refresco de 240 Hz o superiores, ya que estas cifras están infladas con trucos de software y características generalmente perjudiciales para su experiencia de visualización.
Asegúrese de buscar la frecuencia de actualización nativa: 60 Hz está bien, pero 120 Hz es lo ideal, y se encuentra en los aparatos más caros.
- Ver contenido 4K
Por supuesto, si quieres ver contenidos en 4K, necesitarás algo más que el televisor adecuado. Necesitarás una conexión rápida a Internet. La transmisión de contenidos 4K suele requerir una conexión de banda ancha, y la mayoría de los servicios de transmisión requieren una velocidad de 25 Mbps (megabits por segundo) o superior.
En cuanto a la transmisión de contenidos a tu televisor, deberás utilizar una conexión Ethernet por cable a tu televisor o dispositivo de transmisión. Para los que opten por la conexión inalámbrica, las transmisiones en 4K podrían estar limitadas por las capacidades de su router, lo que significa que podría tener que actualizar algo más que su aparato.
Aun así, si realmente quieres disfrutar de tu obra maestra cinematográfica en tus televisores 4K, es mejor que dejes de lado los servicios de streaming y compres tu contenido.
En concreto, deberías considerar la posibilidad de adquirir contenidos almacenados en discos Blu-Ray Ultra HD, que admiten la resolución 4K, así como características como el Alto Rango Dinámico (HDR), que ofrece colores más vivos y negros más oscuros, o una mayor velocidad de fotogramas.
Si te pasas al formato físico, te beneficiarás de una mayor tasa de bits, lo que supone una mayor calidad de imagen en comparación con el streaming de una película idéntica. Si eres un cinéfilo, vete en formato físico. Si no puedes notar la diferencia, o no te molesta llenar tu casa con más discos, entonces hazlo en streaming. Se ve muy bien de cualquier manera.